Cultura Japón

#Cultura | Té japonés: Un encuentro, una oportunidad

Escrito por Pablo Millan

Hola a todos, esperamos estén teniendo una excelente mitad de semana, aquí en la redacción de Asia~Stage seguimos recibiendo noticias e invitaciones de eventos para compartirles a ustedes lo mejor de la cultura nippona en la Ciudad de México. Hoy hablaremos de un tema muy importante en la tradición japonesa, la cual hoy aún en día además de ser considerada como un arte si no también una disciplina en la que se otorgan grados como en las artes marciales.

La planta de fue introducida al Japón en el siglo IX por monjes budistas chinos en lo que se conoce como la primera gran importación japonesa de cultura, en donde se aprendió la escritura china hoy conocida como kanji, el juego de , la cerámica, el ajedrez, el tanabata y la gastronomía. En el momento que entra a la isla, el té ya era una popular bebida para disfrutar la tarde en China, lo cual primero se extendió a las clases altas japonesas y mucho posterior a las clases bajas. El té que se tomaba en aquella época era el té negro como lo conocemos ahora, producto de fermentar las hojas verdes del té durante un periodo cercano a un mes y luego crear una infusión con las hojas molidas.

El té se cosecha en las laderas de las montañas en arbustos que generan surcos, lo cual le da una estética muy interesante a los cultivos.

No fue si no hasta el siglo XII que a monjes japoneses se les ocurrió el realizar la infusión con hojas sin fermentar, lo que ahora conocemos como té verde. El té verde se convirtió rápidamente en una bebida muy popular, y llegó a su clímax cuando en ese mismo siglo se descubrió lo que sucedía si se realizaba una molienda de las hojas después de un proceso de hervido y secado, dando como resultado la infusión que ahora conocemos como matcha (抹茶). Fue en ese momento que se comenzó a desarrollar la ceremonia del té (茶道 chadô), un ritual que exige la mayor concentración, delicadeza y elegancia por parte de sus participantes.

La ceremonia del té requiere paciencia y mucha elegancia al realizar los movimientos.

La etiqueta de la ceremonia del té es sencilla pero muy precisa, uno siempre debe estar sentado en seiza (de rodillas poniendo todo el peso del cuerpo sobre las piernas, los pies apuntando hacia atrás y la espalda bien recta), con las manos empalmadas sobre el regazo las mujeres y en los muslos en el caso de los hombres. La anfitriona (o anfitrión, aunque es más común que sea una mujer) preparará el té para sus invitados, para eso primero limpia todos los instrumentos a usar con un sabaki (un pañuelo comúnmente rojo que se dobla ocho veces), y colocará una cantidad precisa de polvo de matcha con una cuchara muy delgada, al cual luego se le agrega agua muy caliente. El té debe agitarse con un utensilio especial hecho con bambú haciendo giros en forma de 8, cuando se vea que se ha hecho espuma, se finaliza con un giro en forma de la letra japonesa no (の).

La posición de seiza puede ser incómoda para el principiante, requiere años de experiencia el soportar toda la ceremonia sin entumirse.

El sabaki por lo regular es un paño liso de color rojo, pero también se puede usar con diseños muy hermoso, se dobla a la mitad en forma de triangulo, luego en 3 de forma horizontal, y otra vez en 3 en forma vertical.

 

El agitador está hecho de una sola pieza de bambú y gracias a él se consigue la espuma en el té.

La cuchara delgada hecha con bambú permite medir perfectamente cuanto polvo de matcha se necesita para una taza.

El cuadro superior izquierdo muestra 2 lineas café, esas se deben entender como la cara frontal de la taza, se va girando hasta que quede de lado de nuestro anfitrión.

El primer invitado sin perder su posición de seiza se acerca al tazón y lo recibe, se disculpa con los demás invitados por ser el primero en tomar el té, realiza una reverencia a la anfitriona y procede a admirar la taza dándole tres jalones colocando la base en la palma izquierda y girando con la derecha, de tal manera que la cara con un dibujo quede viendo a la anfitriona. El té se debe tomar en 3 tragos cortos, finalizando con un gran sorbo ruidoso, cosa que sería vista de mal gusto en nuestro país. Se vuelve a admirar la taza y se regresa a la anfitriona para que sea limpiada y usada por el siguiente invitado.

La ceremonia del té ha servido como inspiración para grandes personajes japoneses, como el sabio del siglo XVI Sen no Rikyû, el cual creó el concepto de ichi go, ichi e (一期一会 Un encuentro, una oportunidad), con el cual vincula a la ceremonia con el amor japonés por lo efímero e irrepetible, siendo todo una oportunidad única en la vida. Actualmente es una costumbre de cortesía y buena educación el ofrecer té a los invitados en casa, sin la ceremonia tal cual que requiere realizar todos los movimientos de una forma artística, y no se limita en ofrecer matcha, si no tan bien se puede servir una enorme variedad de tés verdes, té negro, té oolong u otra infusión.

En México no es común el ver o participar de una ceremonia del té, pero tampoco es algo descabellado, ya que se puede tener la experiencia en los distintos festivales japoneses que se realizan a lo largo del territorio, en el Museo Nacional de las Culturas o en la Asociación México-Japonesa. Sin duda una expresión cultural que no sólo alimenta el gusto y la vista, si no también el alma.

Sobre el autor

Pablo Millan

Redactor Sección Japón / Community Manager / Prensa

Egresado de Relaciones Internacionales por parte de la UNAM, apasionado de la cultura japonesa. Estudió japonés durante 5 años en la escuela de idiomas de la Asociación México-japonesa Kaikan y el CEI de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Ha participado en simposios sobre origami, ikebana, ceremonia del té, cerámica japonesa, ukiyo-e, sumi-e, confección de kimono, cocina japonesa y juegos de mesa japoneses en la UNAM, el Kaikan y el Museo Nacional de las Culturas. Promotor de la cultura japonesa en México siempre busca documentar las exposiciones en museos y galerías de artistas japoneses y de festivales culturales.

Gusta de la música rock en todos los idiomas, sus bandas japonesas favoritas son The Pillows, Asian Kung Fu Generation, Tokyo Ska Paradise Orchesta y Plastic Tree. Un lector empedernido que disfruta de novelas de Haruki Murakami, Anne Rice, Herman Hesse y George Orwells. Practica el arte marcial japonesa Aikidô y ostenta el titulo de 5 kyû con cinta verde. Gusta de las finas artes como la pintura, el teatro, la orquesta y la poesía, al igual que los videojuegos, las comedias televisivas, el anime, la caricatura estadounidense y el cine.

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