Tokyo Ghoul, una de las franquicias que se ha ganado un lugar en el mundo otaku. En toda convención podemos ver cosplays y mercancía de todo tipo. Mientras que muchos llegaron por el gore y las escenas de acción, no cabe duda de que su historia es interesante y en esta ocasión vamos a cambiar un poco el formato y hablaremos del manga.
Comencemos por el autor, ese ser del que no se sabe mucho (cosa muy común en la industria) que se presenta como Sui Ishida. Antes de dedicarse al manga era un tatuador, fanático de los videojuegos, J-rock y el Visual Kei; lo cual podemos ver reflejado en el diseño de los personajes. Su carrera comenzó en el webcomic y luego tuvo suerte en 2010 para que su manga fuera serializada. La trama que nos planteó va de un mundo donde existen seres parecidos a los humanos que comen carne humana. Aquí entra Ken Kaneki, el cual luego de un accidente se le son implantados órganos de Ghoul.
En un comienzo Kaneki es una especie de avatar para nosotros. Los demás personajes le van explicando cosas del nuevo mundo al que ha entrado. Toda esta información va enriqueciendo el escenario y nos muestra un conflicto, que a primera vista parece ser un clásico “buenos vs malos” pero que al ir descubriendo las capas de los demás personajes vemos que todos son grises. Al punto en que los personajes se cuestionan por sus motivaciones y si realmente existen esos bandos que por tanto tiempo estuvieron creyendo, lo cual te va creando una sensación de empatía por ellos.
Pero luego de que todo le es explicado a Kaneki, corremos a una de las narrativas más interesantes. En mi opinión, Kaneki es uno de los protagonistas más interesantes visto en una franquicia. Su historia es de un chico huérfano, tímido y que busca refugio en libros, y que un día está en el lugar y momento equivocado. Su peso va en crecimiento y los reflectores se van enfocando en él, a tal punto donde acciones y hechos del pasado van recayendo en sus hombros. Su desarrollo psicológico pasa por estados variados y su constante búsqueda de identidad y aceptación nos da momentos muy emotivos. Sobre todo el volumen 7, uno de mis tomos favoritos de manga.
Más allá de la violencia y la sangre derramada, Sui Ishida nos puso sobre la mesa temas de peso social muy grandes: El miedo de la humanidad por todo lo que le es desconocido. El como por pertenecer a cierto grupo se nos marcan estereotipos. El odio y la discriminación. Y también temas muy personales y de los que siempre vamos a necesitar ejemplos: La amistad que va mas allá de todo. La búsqueda de una identidad. El cómo a veces debemos tener duro el corazón. La resignación a cosas que nos pasan y duelos personales que nos llegan a romper.
Si viste el anime debes de darle una oportunidad al manga. De igual manera, si no has leído manga aun es una buena opción para comenzar. Y si ya lo leíste, cuéntanos que te pareció.
Nos vemos en RE…