Aprender a tocar un instrumento siempre es muy complicado. Algunos requieren mucha coordinación, otros el saber controlar la respiración y en la mayoría de los casos te demandan mucha destreza en los dedos y excelente oído. Una guitarra, un bajo, un violín o un chelo se ven complicados, ahora imagina un instrumento de gran tamaño, peso y muchas cuerdas.
Esta descripción es la que se usa para un instrumento japonés llamado “koto” y como algo típico de la historia del país el tocarlo requiere mucha disciplina, determinación y valores que terminaron envolviendo a un club escolar en un anime llamado Kono Oto Tomare!
La serie comienza con la presentación de un estudiante de segundo año llamado Takezo Kurata; único miembro del club de koto y que por su carácter no sabe cómo ganar miembros y evitar el cierre de este. Luego de un percance con otros estudiantes Kurata conoce a Chika Kudo que es todo lo contrario a él, pues es testarudo, broncudo y se carga una historia personal muy oscura.
Después de un malentendido Kurata y Kudo deciden aliarse (con muchos gritos de por medio) y acogen a Satowa Hozuki, toda una prodigio del instrumento y que muestra un poco de astucia y malicia para poder cumplir sus objetivos. El trío inicial no se llevan de la mejor manera posible y aun deben buscar más miembros. Es ahí cuando aparecen Saneyasu Adachi, Michitaka Sakai y Kota Mizuhara; tres chicos que son un relajo, que se unen en primera instancia al club por Satowa y terminan quedándose por su código de honor y mostrar apoyo a Kudo.
Con el paso del tiempo van apareciendo otros personajes, de los cuales me gustaría resaltar a Hiro Kurusu que se termina volviendo el segundo miembro femenino del club y cuya personalidad es en principio tóxica, pero va cambiando al ver lo que el club es.
A su vez, durante toda la serie vemos como cada personaje usa el instrumento como catarsis para superar sus problemas del pasado, sus prejuicios, su dolor y sobre todo el cómo la música en si se vuelve el alivio y una de las formas más hermosas que tiene el ser humano para curarse a sí mismo.
Platinum vision fue el estudio encargado de adaptar esta obra y debemos admirar el cómo al ser un estudio joven logró usar uno que otro recurso para producir esta historia. Dibujar manos es de lo más complicado debido a su anatomía y proporción, imaginen ahora el animarlas. En algunos momentos usan montajes de ilustraciones fijas mientras el diálogo y la dirección musical dejan describir el momento, dejando solo la animación de las manos para los momentos claves en la trama.
El diseño de personajes se apega a proporciones reales y de vez en cuando usan estas caras chuscas clásicas para resaltar ciertas frases o escenas. La paleta de colores cálida recurre mucho a una fotografía que asemeja a la iluminación de la hora dorada y se puede volver sombría de un momento a otro, apoyando un guión que llega a ser una montaña rusa por momentos.
Kono oto tomare! sigue al pie de la letra lo dictado por este estilo de anime de superación, compañerismo y lealtad. Sin embargo, la forma en que los personajes se nos son presentados, los momentos que pasan y la forma en que se expone la tradición y peso que es tocar el koto la vuelve una serie interesante y que podrás disfrutar y quedar cautivado por una parte más allá del anime, mostrándote lo hermosa que es la música tradicional japonesa que ahora se traduce a un lenguaje contemporáneo.
Ahora te toca a ti, cuéntanos en nuestras redes sociales tu opinión de este anime, así como de dejarnos tus sugerencias. Por mi parte sería todo y nos leemos hasta el siguiente viernes de anime.
*suena Master of puppets intensificada*