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#Biografía | Chiune Sugihara – El Ángel Japonés

Escrito por Eli Morikawa

La Segunda Guerra Mundial fue uno de los sucesos históricos más estremecedores de la historia de la primera mitad del siglo XX. Si bien hemos escuchado o visto sucesos documentados por historiadores sobre hombres o figuras que han sobresalido en esta gran época de la historia, hay otros que por sus hazañas han dejado una huella indeleble en el corazón y las mentes de muchos que fueron testigos de sus actos.

Uno de estos actos en particular, por muchos de los diplomáticos de la época, fue la ayuda brindada hacia la comunidad judía quienes eran atacados y segregados por el ejercito Nazi, dejando sin porvenir a muchos de ellos. Es aquí donde uno de estos diplomáticos japoneses, cónsul del Imperio Japonés instalado en Lituania logró darle esperanza a esta gente ante el peligro de las represalias que el ejercito vencedor podría acarrearle.

Chiune Sugihara.

Nacido en la prefectura de Mino en 1900 un primero de Enero, este noble hijo del final del milenio sobresalió ante sus hermanos mayores como uno de los más capaces en cuestiones académicas. 1919 sería el año decisivo en su vida, ganando gracias a sus aptitudes, un espacio en el Ministerio de Asuntos Exteriores y asignado en Harbin, China donde dedicó la mayoría de su tiempo al estudio del idioma Chino y Ruso.

Manchuria se convertiría en su curriculum más importante donde participó en platicas diplomáticas con políticos de la Unión Sovietica sobre el ferrocarril que llegaría al norte de Manchuko, bastión del Imperio Japonés y donde también se casaría con una bella mujer rusa de nombre Klaudia. A su divorcio en 1935 le siguió su renuncia en Manchuria por el maltrato del pueblo japonés sobre la población china, lo que lo hizo regresar al archipiélago japonés y comenzar una relación con Yukiko Kikuchi con quien se casaría poco después. Fue seleccionado como traductor para la delegación japonesa en Helsinki, Finlandia y esto lo llevaría hacia Lituania donde pasaría muchos tiempos de penuria y aflicción ante las atrocidades de la guerra en el centro de Europa.

En el año 39 se convierte en vicecónsul del Imperio Japonés en Lituania. Dentro de los deberes de Sugihara, estaba el informar del avance del ejercito Sovietico y Alemán y averiguar si estos últimos atacarían puntos estratégicos de los rusos quienes avanzaban más y más a la caza del fuhrer.

Sin embargo, no dejaba de vislumbrar las atrocidades que los alemanes perpetravan contra la comunidad judía en Lutiania, gran mayoría en el país, lo cual lo llevó a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida.

Entre el 18 de julio y el 28 de agosto de 1940, Sugihara comenzó a conceder visados por su propia iniciativa, después de consultar con su esposa. Ignoró los requisitos previos y otorgó a los judíos un visado de tránsito de diez días para Japón, haciendo caso omiso de sus órdenes. Dado su puesto subalterno y la cultura burocrática del servicio extranjero japonés, esto fue un acto de desobediencia sin muchos precedentes. Sugihara negoció con los funcionarios soviéticos, que permitieron que los refugiados judíos viajasen a través del país por el ferrocarril transiberiano pagando el precio cinco veces el precio del billete normal del trayecto.

Sugihara continuó escribiendo a mano los visados (pasando entre 18 y 20 horas al día en ellos, produciendo cada día el equivalente de un mes de trabajo) hasta el 4 de septiembre, cuando tuvo que dejar su puesto antes de que el consulado fuera cerrado. Para entonces había concedido millares de visados a los judíos; muchos de ellos padres de familia que podrían llevarse a sus familias con ellos. Según testigos, continuó haciendo visados mientras estaba en tránsito en el hotel y después de subir al tren lanzaba visados a la muchedumbre de refugiados desesperados por la ventanilla del tren, incluso cuando éste emprendió la marcha.

El número total de judíos salvados por Sugihara no está del todo claro. Se estima que está en torno a los 6000, aunque probablemente fueran muchos más puesto que también fueron expedidos muchos visados familiares, permitiendo que varias personas viajasen en una visado. La inteligencia polaca produjo algunas visados falsos.

Sugihara también es conocido como Sempo Sugiwara y Chiune Sempo Sugihara. Sugiwara Sempo (utilizando el orden japonés, con el nombre de familia primero) era un seudónimo que él adoptó cuando trabajó en la Unión Soviética, a partir de 1960 y hasta 1975, para evitar que los soviéticos lo identificaran como el diplomático que obtuvo una negociación muy buena para Japón cuando compró el ferrocarril norteño de Manchuria, en 1932. Sempo no es otro nombre, sino otra manera de leer los caracteres chinos 千畝 para Chiune. De forma semejante, sugiwara es una pronunciación alternativa de 杉原 su nombre de familia. Sempo no era su segundo nombre, pues esto no se usa en los nombres japoneses.

Sugihara tuvo gusto de dar dos razones: una, estos refugiados eran seres humanos, y la otra, estos necesitaron simplemente ayuda. Sugihara murió el año siguiente, de julio el 31 de 1986. A pesar de la publicidad dada en Israel y otras naciones, él seguía siendo un desconocido virtual en su país de origen. Solamente cuando una gran delegación judía alrededor del mundo, incluyendo el embajador israelí en Japón, se presentó en su entierro hizo a sus vecinos descubrir lo que él había hecho.

La calle Sugihara en Netanya y Vilna, Lituania y el asteroide (25893) Sugiharase nombran en su honor. El monumento de Chiune Sugihara en la ciudad de Yaotsu fue construido por la gente de la ciudad en su honor.

Su esposa Yukiko Sugihara es Miembro Honorario de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.

Falleció un 31 de julio de 1986 a la edad de 86 años.

Sobre el autor

Eli Morikawa