Estimados #asialovers, si se encuentran leyendo este espacio… ¡¡Felicidades!! han sobrevivido una semana más.
Sin duda alguna, este fin de semana fue algo distinto para la mayoría de los que vivimos en México. Hemos pasado días de pena, sufrimiento y angustia. Donde la tensión y la incertidumbre, teñía nuestro cielo de un pálido gris. Donde alguno de nosotros no sabíamos sí podíamos regresar a casa y otros, simplemente no lo lograron.
Sin embargo, ese cielo gris poco a poco fue tornándose en un azul lleno de esperanza, donde poco a poco, la unión y el compañerismo imperó, no sólo en la ciudad, sino en los estados afectados. Esos días donde tu vecino, aquel al que sólo sonreías de dientes para afuera, se convirtió en un aliado. El chico del que se pensaba como un “bueno para nada” sin pensarlo, se puso el caso y echó manos a la obra a sacar escombros. Y así, muchas historias de valentía fueron escritas en un libro en el cual, todos fuimos participes de este gran relato. Donde demostramos nuestro amor por el prójimo y sobre todo, el amor a nuestra nación.
En esta ocasión, hablaré de un caso parecido al que estamos padeciendo. En donde la unión de una nación y un ente muy poderoso denominado música, puede causar un gran impacto de solidaridad y resurgir de las cenizas.
En el 2011, Japón sufrió una de las mayores catástrofes en su historia. Un terremoto de 8.9 grados Richter, sacudió la costa noroeste y provocó un Tsunami con olas de hasta 10 metros alcanzando la ciudad de Sendai. El saldo fue un aproximado de 1000 personas entre fallecidos y desaparecidos. Y eso, no fue todo, se venía una inminente amenaza: La central nuclear de Fukushima se vio fuertemente dañada tras el sismo. La población nipona se veía enfrentada a una inminente depresión, de la que posiblemente no podría salir.
Sin embargo, un grupo de músicos se reunieron para realizar una composición, la cual conmovería a toda esa nación. En ella, tanto los ejecutantes, como los espectadores, lo hicieron un himno, el cual quedará guardada perpetuamente en el corazón de cada uno de los que vivieron esta desagradable experiencia.
Estos músicos se hacen llamar Inawashirokos, conformados por Shinji Machia, Takashi Yamaguchi, Toshimi Watanabe y Michiniko Yanai, formándose un mes después del terremoto que sacudió la prefectura de Fukushima. Lanzaron un sencillo “I love You, I Need You Fukushima” el cual, manda un mensaje de apoyo a esta prefectura donde fue la más afectada. De esta forma, surgió una nueva esperanza, no sólo para la gente que radica en esa prefectura, sino para toda una nación que se encontraba devastada y sin ánimos.
Todo lo recaudado fue usado totalmente para los daños causados por este sismo. Esta pieza tuvo un importante impacto en la sociedad, logrando una esperanza de igual forma en nuestro país, un nuevo cielo azul.