La mañana del 27 de Mayo de 1997 pudo haber sido como cualquier otra. Frente a los niños, justo en la entrada principal de la escuela primaria Tainohata, permanecía ensangrentada y con visibles heridas de tortura, la cabeza de lo que parecía un niño de escasos 11 años. Algunos de los niños comenzaron a llorar, otros no sabían que estaba pasando, hasta que una de las profesoras se acercó a ellos y miró aquella cabeza que parecía que recién había sido cortada dejando pequeños pliegues de carne mal cortados que sangraban y dejaban delgados hilos rojos sobre las losas grises de la entrada.
Con rapidez, las maestras llevaron de regreso a los niños al camino principal y esperaron la llegada de los policías a la zona. Las indagaciones de la policía fueron claras: era un asesinato perpetrado la noche anterior de haber sido encontrada la cabeza del pequeño que ya había sido identificado como Jun Hase de 11 años.
Dentro de la boca de la cabeza cercenada, se pudo encontrar una nota escrita en tinta roja que rezaba: “Este es el comienzo del juego… Intenten detenerme, estúpidos policías… Estoy deseoso de ver gente muriendo, es mi razón para cometer asesinatos. Un juicio sangriento es necesario para mis años de gran amargura. Sakakibara Seito” Al pie de página estaba dibujado lo que parecía un ventilador y las palabras inglesas “Shooll Killer”, seguidas por la frase en japonés “Sakikabara, el asesino de estudiantes”
Las investigaciones siguieron sin ningún avance hasta que, la mañana del 6 de junio en el periódico Kobe Shinbun, arribó una carta nueva escrita por el mismo autor del asesinato en el mismo formato en la que la anterior se había encontrado.
Sakikabara Seito (cuyo nombre conformaban los ideogramas japoneses alcohol, demonio, rosa, santo y pelea) se adjudicaba el asesinato del joven Jun Hase y argumentaba que estos seguirían, pues argumentaba que, con base al dolor que sentían, el dolor ajeno era su única escapatoria.
Por el pánico que había provocado en un inicio, los medios de comunicación dieron la noticia aquella noche, anunciando el nombre del autor de los asesinatos de manera errónea llamándolo Onibara o “La rosa demoniaca”. Sin embargo, en la siguiente carta que fue enviada a la redacción del mismo periódico, el corregía el nombre con el que había sido presentado y argumentando que eso le molestaba. “Desde ahora, si ustedes malinterpretan mi nombre y me hacen enojar mataré tres vegetales por semana… Si creen que solo puedo matar niños, están muy equivocados…” Al escribir sobre los tres vegetales, visiblemente se refería a asesinar humanos, una referencia sobre las personas adultas.
El día 28 de junio, fue arrestado en su casa el joven Shinichirou Azuma (presunto primer nombre), alias, Sakakibara Seito por el asesinato de Jun Hase. Al tiempo de su arresto, el joven admitió el asesinato de Yamashita Ayaka de 10 años el 16 de marzo del mismo año, así como el ataque de otras tres niñas el mismo día del asesinato.
Después del ataque del 16 de marzo, Azuma escribió en su diario: “Hoy comencé los sagrados experimentos para saber cuan frágil pueden ser los humanos… Deje caer mi martillo justo cuando ella se volvió para mirarme… Creo que la golpee muchas veces, pero estaba demasiado excitado para recordarlo…”
La siguiente semana, el 23 de marzo, agregó: “Esta mañana mi mamá me dijo: Pobre chica. ‘Parece que la atacaron hasta la muerte.’ Parece que aún no se ha dado cuenta… Te agradezco mucho, “Bamoidōkishin”, por esto. Por favor, sigue protegiéndome.” Para ocultar su identidad, las autoridades lo nombraron como Shonen A, o Joven A.
Sin embargo, la historia no acabaría aquí, pues desataría una gran controversia sobre el anonimato de los jóvenes criminales.
[Continuará…]