Amor. El concepto, sentimiento, idea más abstracto que ha invadido al ser humano. Los filósofos griegos incluso se pasaron años pensando en su naturaleza y relación con los dioses. Sin embargo, en esta nota no vamos a ponernos densos. En su lugar, vamos a platicar de uno de los animes de romance más bonitos y que, desde mi punto de vista, tiene un aire fresco en cuanto ejecuciones y planteamientos sobre dicha temática.
Ore monogatari es, literalmente la historia, de Takeo Goda; un chico grande y de aspecto muy rudo y su romance de preparatorio. Todo comienza cuando un día viajando en el metro junto a su amigo Makoto ven como una chica es acosada dentro del vagón. Como el chico correcto que es, Takeo se zampa al pervertido y lo llevan ante la policía. Ya en la estación descubrimos que el nombre de la chica es Rinko Yamato y como agradecimiento por su acto ella le regala una tarta de queso.
Takeo se enamora de forma perdida de Rinko luego de esto. Pero, él siente algo de inseguridad y por cosas que ha vivido se hace a la idea de que Rinko a quien quiere es en realidad a Makoto. Luego de unas citas entre los tres, Takeo sigue creyendo esto y no es hasta que escucha los sentimientos reales de Rinko que empiezan a salir.
Y ustedes dirán “si ya están saliendo, ¿cuál es la gracias del anime?” Y es aquí donde entra lo divertido. El físico del prota es lo que muchas veces desata los momentos que le dan personalidad al anime. Me explico: en un momento de la serie unas amigas de Rinko se burlan de él y acto seguido son salvadas por su musculatura y determinación de un incendio. Así de randoom suelen ser los escenarios que plantea la serie. También se van integrando otros personajes, siendo su función muchas veces el impulsar el avance de la relación de los protas e indagar más en cómo funcionan las relaciones entre ellos.
Madhouse (estudio del que tengo ganas de hablar en una nota) se encargó de esta adaptación. Acostumbrados a su forma de trabajar, le otorgó una identidad visual única a la serie. A priori, se siente con ese diseño de producción de animes de romance: colores y trazos suaves. Pero, una vez que avanza la trama, nos percatamos que en momentos el trazo es más grueso y sirve para resaltar cualidades o emociones de los personajes. Y qué decir de las escenas de acción que están bien logradas con las limitantes narrativas.
Ore monogatari da un paso fuera de la caja y por momentos su narrativa se vuelve una sátira de las historias clásicas del romance. Parte de la idea de que no debemos juzgar a los otros por su aspecto y descubrir mejor lo que tienen en el interior. Los clichés son usados a su favor e incluso en ciertos personajes se siente una vibra fuera de lo heterosexual, sin embargo, esto no es explorado. Sea como sea, este anime es muy bueno para quienes van empezando en este mundo y quieren una probada de cómo funciona el romance nipón.
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cuando te cambias por primera vez enfrente de tu waifu/husbando