Hola a todos, esperamos que estén teniendo una excelente mitad de semana. El sábado y domingo pasado tuvimos el placer de asistir a un evento muy especial que pinta para convertirse en una tradición anual aquí en la ciudad de los palacios, el cual tiene un poco de todo para los amantes del país del sol naciente.
El sábado y domingo se llevó a cabo el “Segundo Festival Japonés de la Ciudad de México” en el Deportivo Villa Coapa en el corazón de la delegación Coyoacán al sur de la capital mexicana. Fue toda una jornada de cultura japonesa en todos sus aspectos de la cual vale la pena hablar poco a poco de lo que se pudo ver.
Empecemos por las artes marciales (現代武道 gendai budô); al llegar nos recibió en el escenario principal la escuela de iaidô y aikidô Shosenjuku Aikido de la maestra Izumi Tauchi, quien da distintos cursos en la Asociación México-Japonesa, con una muestra del uso de la espada samurai, katana, la cual se basa en un perfecto control de la posición del cuerpo y la respiración para realizar cortes con precisión.
Posteriormente en otro horario dieron una muestra de aikidô, enseñando técnicas básicas de sometimiento e inmovilización de atacantes en ambientes urbanos japoneses como callejones angostos y zonas populosas. Luego pudimos ver una pequeña demostración de arco japonés, kyudô, por parte de la escuela perteneciente a la UNAM, la cual nos mostró el difícil manejo del arco de 2 metros y la importancia de tratarlo con respeto para poder lograr acertar en el blanco a distintas distancias.
También estuvo la escuela de karate Kengikan Fitness, la cual demostró el porque la disciplina originaria de la lejana isla de Okinawa es la más popular de todas las japonesas, por su uso completo de las extremidades y agresiva presentación.
El escenario también fue sede de talento musical. Comenzando con nuestros amigos de Ryukyukoku Matsuri Daiko, escuela mexicana de tambor taiko que lleva la energía de las canciones tanto tradicionales como modernas de Okinawa, llenas de percusiones y bailes. También pudimos ver otra versión de este instrumento con la maestra Nahoko Kobayashi, quien de forma solista toca varias versiones del tambor japonés, dando un espectáculo bastante interesante.
También pudimos ver a la maestra Yukari Hirasawa, cuya pericia en el uso del koto nos transporta a una escena digna de “La Historia de Genji” o “El libro de almohada”; aunada a esta última idea, hubo una muestra de danza tradicional japonesa realizada por la presentadora del evento, Miriam Aceves, quien junto a dos pequeñas compañeras hipnotizó a toda la audiencia con sus movimientos sutiles y encantadores.
Así mismo, combinando la tradición japonesa con los instrumentos modernos, tuvimos la presencia de Saburo Iida, animando a toda la audiencia con su sonido zen y sus covers de música de anime y videojuegos.
Otro pilar del festival fueron los talleres, teniendo una opción para todos los gustos. Hubo taller de caligrafía japonesa, shodô, impartido por la maestra Carmen Harada, cuya habilidad se aprecia en todos los trabajos que hemos tenido la oportunidad de ver anteriormente.
Para las personas que gustan de las matemáticas se dieron clases de como usar el soroban, el ábaco japonés que es capaz de realizar cualquier operación básica (suma, resta, multiplicación y división). Así mismo se enseñó como jugar al igo, el juego de estrategia japonés que requiere de concentración y gran conocimiento del terreno de guerra. Para las personas que buscan evitar bolsas desechables, se dio un taller de como utilizar el furoshiki, la tela japonesa que al doblarse con habilidad, puede envolver cualquier paquete con cualquier forma.
Para los que tienen el gusto por las manualidades se dieron clases de origami, el arte japones de crear figuras doblando papel, y kurumi-e, el arte japonés de crear muñecas bidimensionales alcochonadas. Para los que buscan un poco más de paz en su vida, se dieron talleres de ikebana, el arte japonés del arreglo floral, y nagaiki, técnicas de respiración para sanar el cuerpo. Y para las personas que gustan utilizar todo su cuerpo, se podía participar en la clase de danza butoh o en la clase de iaido.
La venta de comida y distintos artículos estuvo súper completa. En la sección de alimentos pudimos encontrar una variedad de locales abrumadora, entre ellos la panadería gourmet Bimmy, nuestros amigos de Kamu, Ecchi Tako y el grupo Mikasa.
En los locales del bazar se podía encontrar cualquier cosa, muñecas tradicionales japonesas, mochilas de personajes de anime, libros de aprendizaje del japonés, filtros de agua, cerveza japonesa, artesanías hechas a mano, árboles bonsai y un enorme etcétera. En la misma área de podía disfrutar de la muestras de katanas de Alexi Pelaez, el cual fue vestido con su armadura samurai. Y si te encontrabas muy cansado, podías tomar un masaje japonés a un muy buen precio.
Algo que no podía faltar era la cultura popular japonesa, teniendo su propio escenario hubo conferencias sobre el cosplay en México, concurso de cosplay, concierto de chicas idol y proyecciones de películas del estudio Ghibli. Todo esto fue dirigido por nuestros amigos de Koneko Radio, quienes como un detalle muy lindo, hicieron un pequeño templo shintoista, shinsha, en donde podías arrojar una moneda y recibir tu suerte, la cual podías colgar en el árbol junto a él.
Sin duda fue un evento muy completo y divertido, ofreciendo un sin fin de cosas para los amantes de la cultura japonesa, quedamos muy agradecidos y reconocemos el gran trabajo de los organizadores en mejorar el programa y la sede del evento a comparación al primer festival. Esperamos con ansias el siguiente festival el próximo año. ¿A ti qué te pareció el evento?
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