En el año 2015 yo estaba un poco sin hacer nada y para poder comprar algunas cosas que quería, me puse a vender libros. Los conseguía en ferias y remates, para luego investigar y darlos en un mejor precio. Fue en una ocasión que llegó a mis manos un libro de portada negra, con letras en blanco y la figura de una mujer. El nombre de ese libro es “Los hombres que no amaban a las mujeres”; novela negra de Stieg Larsson, donde un periodista y una hacker deben resolver el asesinato de la sobrina de un magnate sueco. Al ir leyendo me di cuenta de lo bien estructurada que debe estar una historia que narre un misterio. Con ese libro empecé a interesarme en las novelas de misterio y detectivescas y sus “reglas” para crear una trama sólida, donde el lector tenga herramientas para tratar de resolverlo.
¿Qué tiene que ver eso con lo que recomiendo en esta sección? Pues, que gracias a esa curiosidad e interés, encontré una historia con temática detectivesca y de la cual te hablaré en esta nota.
Hyōka, que se puede traducir como “postre helado”, nos pone en la vida de Hōtarō Oreki; un chico de preparatoria poco participativo y que no hace nada por voluntad. En cambio, sí debe hacer algo, lo hace de forma rápida con el fin de no malgastar energía. Por petición de su hermana decide entrar al club de clásicos, (para que sea más entendible el concepto de este club, de ahora en adelante lo llamaré “de literatura”) y ahí conoce al siguiente personaje clave en la trama.
Eru Chitanda es una chica proveniente de una importante familia y que es una muy buena estudiante. Ella entra al club de literatura y queda fascinada con la habilidad mental de Hōtarō para pensar con claridad, lógica y, eventualmente, resolver un enigma o un misterio. Cada vez que se siente intrigada por algo le brillan los ojos y dice una coletilla que se traduce como “Tengo mucha curiosidad” o “no puedo dejar de pensar en ello”.
Nuestra party se complementa con otros dos personajes. Satoshi Fukube; mejor amigo de Hōtarō y quien se autoproclama como una base de datos e información. Él es todo lo contrario a Hōtarō, siendo alegre, parlanchín y muy extrovertido. Se une como el tercer miembro del club, siendo la cuarta una chica llamada Mayaka Ibara. Conoce a Hōtarō y a Satoshi desde hace un tiempo, teniendo una relación áspera con Hōtarō y un amor no tan correspondido con Satoshi. Ella se integra motivada por la resolución de los misterios y tiene sus propios momentos de desarrollo de personaje. Es también miembro del club de manga.
Cómo dije antes, Hyōka es una serie de misterios. Sin embargo, estos no son de escala tan monumental como los relatos de Poe, las novelas de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle. Se tratan más bien de misterios locales, que giran y se desarrollan dentro de la escuela y su historia como institución. Siendo el primero el misterio de cómo la puerta del club estaba cerrada con llave, estando Chitanda adentro, pasando a unos más complejos. Claro ejemplo es el saber porque la antología que publica el club de literatura se llama “Hyōka” y cual es su relación con uno de los miembros del club.
Sesión donde comparten sus teorías sobre la historia del club.
Aun cuando la serie tiene estos misterios muy de nicho, se hacen referencias a autores y a las reglas e ideas impuestas por estos para la ejecución de una resolución. Como lo son “la habitación cerrada”, donde un crimen se comete en una habitación y todas las salidas están bloqueadas o “El engaño narrativo” que es cuando al lector se le confunde durante el desarrollo de los hechos, pero evitando caer en el deus ex machina.
La serie juega con estos conceptos y los usan para crear conflictos que hacen avanzar a la trama. Prueba de ello es cuando son consultados para escribir el final de una película y mostrar que la idea de misterio, es muchas veces ligado al slasher, suspenso y al cine de terror. Conceptos muy parecidos, pero con sus sutiles diferencias y que aun así, pueden trabajar muy bien juntos cuando se ejecutan de forma magistral.
Los chicos analizando la película sin terminar.
El apartado visual también ayudan mucho con la atmósfera de la serie. Los personajes tienen paletas de colores con gamas formales, reflejando su forma de tratar su día a día. Aunque también se recurren a secuencias y exposiciones más esquemáticas cuando se presenta un misterio y hay fragmentos algo surrealistas que reflejan la psique de Hōtarō.
Los fondos están llenos de vida y la fotografía ayuda mucho al dinamismo de las escenas. Hay momentos donde hay diálogos muy largos y es ahí cuando la dirección artística sobresale, para no hacer sentir pesado el momento.
Hyōka es una serie ideal para quienes gozan la lectura de novelas detectivescas. Eso sí, tendrás que prestarle mucha atención a lo que vaya pasando y por momentos cae en lo rutinario de “vida escolar”, para tener un respiro en lo que se desarrollan los hechos. Y si eres ajeno a este género, esta serie te lleva de la mano para que en un futuro aprendas a pensar como un detective o autor de misterio.
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