En 1995 llegó a los cines nipones la adaptación de un manga escrito por Masamune Shirow. El director encargado fue Mamoru Oshii, y con ello se creó una de las películas que ha influido a muchos directores, escritores, artistas y dibujantes. Si bien, la película de Akira fue la encargada de mostrarle a muchos el concepto del Ciberpunk, fue Ghost in the shell la que lo volvió más mainstream y que terminó de refinar detalles, que luego fueron usados por demás creativos en sus obras.
La película es una pieza con un enorme peso filosófico, que nos plantea ¿Qué es un ser humano?, ¿cuál debe ser el siguiente paso para la evolución?,¿ las máquinas podrán ser el remplazo para los humanos?. Con estos ejes temáticos, vemos la vida de La Mayor Kusanagi, una ciborg que trabaja en una organización dedicada a combatir el terrorismo y los ataques cibernéticos. Nuestro trigger plot viene cuando la mayor debe darle caza al hacker Puppet Master. Dando paso a un duelo, tanto para La Mayor como para el espectador, sobre las cuestiones hechas anteriormente.
Durante la travesía de La Mayor, vemos diferentes escenarios que hace un par de años pudieron ser llamados “futuristas”, pero que ahora pueden funcionar como nuestras ciudades actuales.
Los edificios de la gran capital son unos rascacielos enormes, con forma de prisma rectangular, y que en sus fachadas están presenten estas enormes cortinas de cristal, muchas veces acompañadas por elementos estructurales. Todo esto se asemeja a las obras de Mies Van der Rohe, o a los diseños más sobrios de Norman Foster o Renzo Piano.
El edificio HSBC de Hong Kong, obra de Norman Foster.
Estos enorme edificios, se entrelazan unos con otros por medio de redes y sistemas, controlados por humanos en diferentes puntos. Ahora los personas trabajan como neuronas o células, cada una con una diferente tarea y que de esta manera se logre un funcionamiento pleno. No obstante, el tener toda esta red de datos y sistemas, deja a la ciudad prácticamente a la merced de cualquiera lo suficientemente inteligente o hábil para hackear las redes. Cualquiera que pueda romper los códigos de seguridad, se puede hacer dueño de un monstruo de hormigón, acero y cristal.
La atmósfera de esta ciudad es deprimente. Donde se ven miles de seres vivos ir de un lado a otro, pero nunca cruzan palabra. Donde cada quien se aísla en su habitación. Donde los que viven en las afueras sueñan con llegar a esas enormes construcciones, pues piensan que es una mejor vida, sin saber que la soledad es el alma de esa enorme urbe.
En las afueras de esta ciudad sin nombre y en la que vive La Mayor, la cosa pinta sólo en un tono diferente. Los materiales usados muestras un paso del tiempo convertido en oxido. Existen carteles de diferentes colores y gritos de personas buscando llevar el pan a la mesa. El que coexistan estas dos formas de vida en el mismo espacio geográfico, muestra lo rota que está la sociedad y como los estratos son dos polos opuestos, donde llegar a la cima se antoja como un sueño meramente imposible.
Ahora bien ¿Qué tan lejos estamos de ese mundo?
Puede que aun no podamos meter nuestro cerebro en un cuerpo artificial. Sin embargo, el director de la película se basó en Hong Kong para darle una apariencia a la ciudad. La cual en todo la película nunca se dice meramente en que parte de Japón se desarrollan los hechos. Y si ahora nos vamos a buscar el estilo arquitectónico, no sólo de Hong Kong, si no de varias orbes urbanas, podemos dar con el racionalismo arquitectónico. El cual también recibe el nombre de Estilo internacional o conocido más popularmente El movimiento Moderno. Y al empezar a ser llenado con nuevas tecnologías, dio paso al Posmodernismo
Hong Kong y New York, grandes ejemplos visuales para crear este mundo
El movimiento moderno nace en 1925 y como principal característica está el uso de fachadas de cristal, estructuras de acero, hormigón y una función concentrada en cuerpos geométricos sencillos. En 1950 surge el Posmodernismo y es lo que le dio mayor retroalimentación e inspiración a los diseñadores de la película.
Los escenarios nos ponen este mundo “actual”, y lo pongo entre comillas porque desde el surgir de estas ideologías arquitectónicas, se ha visto marcada esta brecha. En la cual, los poderosos apuestan por hacer edificios enormes y llenos de tecnología. Mientras otros se quedan en estos mundos congelados en el tiempo, donde la tecnología que se tiene a la mano es, ante los ojos de las grandes ciudades, obsoleta y que es un milagro que siga funcionando.
Chinatown, el mejor ejemplo para letreros coloridos
Incluso para el climax de la película se va más atrás y nos muestran un museo Art Deco. Con ese techo de cristal, con esa estructura, con esa paleta de colores. Con ese árbol de la vida como fondo en la pelea final, que nos recuerda el hecho de que la tecnología, la arquitectura, el arte, el lenguaje, las creencias, todo es producto de la mano humana. Y que esos productos son el reflejo de lo mucho que hemos “evolucionado”. Incluso estos conceptos, como evolución, son ideas formadas a partir de la abstracción y la filosofía. Y a pesar de todo eso, aun muchas veces nos cuesta trabajo definir y responder “¿Qué es un humano?”
Simbolismo, puro y duro
Ahora te toca a ti. Dinos en nuestras redes sociales tu opinión de la película. Pero sobre todo cuéntanos cual crees que será el siguiente paso de la evolución humana. ¿Crees que en el futuro podremos conectar nuestras mentes por medio de redes? ¿Crees que pronto podremos ser cyborgs? y sobre todo, ¿Cómo te imaginas que será la arquitectura del futuro? Por mi parte sería todo y nos vemos hasta el siguiente viernes de anime.