A propósito de extremos… Lo he mencionado en algunos otros artículos alrededor del “Otaku”, que muchas veces, la pasión y el gusto por nuestras queridas series y mangas, puede sobrepasarse llegando al límite de creerse el mismo personaje. También hay casos donde el gusto por un personaje es llevado a extremos realmente impensados, hasta “casarse” con ellos. Estuve investigando un poco; recuerdo que, hace unos años, una persona quiso sostener matrimonio con el personaje principal del videojuego “Darkstalkers” Morrigan Aensland. En el año 2008, Taichi Takashita lanzó una petición en Internet solicitando un millón de firmas para presentarlas al gobierno y conseguir que se estableciera una ley para matrimonios con personajes de cómic; lo increíble es que, en una semana reunió más de 1.000 firmas online y su intención era que su esposa fuera Mikuru Asahina, personaje del anime “Suzumiya Haruhi no Yuutsu”. En 2009, un japonés con el nombre de usuario “Sal9000” se casó con Nene Anegasaki, personaje del juego “Love Plus”, desarrollado por Konami para la consola Nintendo DS.
Y si creen que eso es todo, recientemente en el año 2014, una compañía nipona llamada “Curtain Damashi” empezó a ofrecer un paquete matrimonial que incluye un certificado de matrimonio; el servicio solo permite casarse con dos personajes: Kirino y Ruri, del anime “Ore no Imoto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai”. Bueno, a todo esto, he aquí el límite de no querer ver la realidad y querer vivir en un mundo de ficción; uno de los tantos hábitos de los otakus nipones que han desembarcado en el fandom latino es el de las “Waifus”; muchos habrán escuchado y leído el término, pero vamos a definirlo: Waifu es la romanización de la palabra inglesa Wife (que significa esposa) y se utiliza para determinar que un cierto personaje de anime, manga o videojuego es tu “esposa”. En pocas palabras, una waifu es un cierto personaje por el cual, el fanático tiene sentimientos más complejos que una mera atracción “física”, al grado de querer casarse y compartir su vida con dicho personaje. Si bien ya existían varios casos así (y otros más raros que, mencionaré después), fue en el anime de “Azumanga Daioh” donde se menciona por primera vez el término; en dicha animación, al profesor Kimura se le cae una fotografía de una bella mujer, mientras las chicas se preguntan de quien se trata; Kimura se acerca y dice “Mai Waifu” (My Wife, mi esposa). No encontré un caso con mujeres que quieran casarse con algún chico guapo de las animaciones japonesas, pero como referencia, si el personaje ficticio en cuestión es masculino, “Mai waifu” se transforma en “Mai Husbando” (My Husband, mi esposo), aunque este término es mucho menos popular.
Leyendo un artículo acerca del tema, concordé en que hay razones muy fuertes para decir que una persona llegué a estos extremos, iniciando por la “atracción física”. Si a un hombre le atrae sexualmente el cuerpo de una mujer, un dibujo detallado de una esbelta mujer, resaltando sus cualidades mas eróticas y comportándose de manera idónea según la expectativa del hombre promedio, es natural que le excite también (no aplica en todos los casos). La otra razón es la “conexión entre ambos”, es decir, lo mas común es que uno conoce a esa persona, primero superficialmente, y luego de un tiempo de compartir se entera de sus sueños, su historia, infancia, su familia, sus amigos, etc. Cuando uno llega a conocer a otra persona es cuando se siente cercano a ella. Con los personajes de anime suele suceder igual, primero la chica es presentada brevemente, luego a través de la historia, el espectador puede conocer su pasado, sus miedos, sus gustos, su familia, amigos(as), sus sueños e incluso puede escuchar que piensa en ocasiones. Es natural que el espectador sienta que conoce al personaje de toda la vida, y de ahí surja esta conexión. Por supuesto que existe la desventaja de no poder tener contacto físico por parte del fan con su waifu; para no hacer tan largo el choro, las waifus vendrían siendo “los amores platónicos modernos”.
-La Cita
“Ya no estoy interesado en las tres dimensiones, incluso me gustaría llegar a ser un habitante del mundo bidimensional, sin embargo, parece imposible con la tecnología de hoy en día. Durante mucho tiempo sólo he sido capaz de enamorarme de gente en dos dimensiones y actualmente hay alguien a quien realmente amo. Aunque ella sea un personaje de ficción, la amo. Me gustaría tener la aprobación legal a toda costa”.
Estas palabras las mencionó el joven Taichi Takashita cuando lanzó su campaña de recolecta de firmas para poder tener la aprobación del gobierno y casarse con Mikuru. Si creen que esto es lo más raro, se equivocan, ya que, investigando un poco, hay gente que se ha casado con monumentos históricos (como la Torre Eifel o el Muro de Berlín), con el exnovio muerto, con un iBook, con una montaña rusa y hasta con “uno mismo”. En Japón, existen mujeres que toman esta iniciativa de vivir sus bodas con ellas mismas, haciéndolo algo único. Definitivamente el mundo está loco, loco.
-La Pregunta: Si los personajes de anime existieran en la vida real, ¿con cuál se casarían? R: Ustedes elijan.
También están las famosas “Dakimakuras”, las almohadas gigantes en donde vienen estampadas personajes de anime; muchas de estas almohadas contienen a los personajes en poses sugerentes, lo cual llama rápido la atención. Estos objetos ya existían desde los años 90 en tierras niponas, pero no fue hasta la expansión del anime cuando en estos últimos años comenzamos a verlas en las convenciones de anime. Y por supuesto, en Corea ya hubo alguien que se caso con una Dakimakura; se trata de Lee Jyn Gyu, quien se casó con su almohada gigante de Fate Testarossa de la serie “Magical Shojo Lyrical Nanoha”.
-Y para el final…
Ciertamente es un tema del cual cada quien se toma una propia opinión; yo no juzgo como deben vivir sus vidas, finalmente uno decide que hacer con ella y a donde toma curso y rumbo. En este artículo, el único objetivo es tratar de hablar de la “obsesión excesiva” de los aficionados a la animación y los videojuegos por querer sobrepasar la barrera de sus gustos. Si realmente ya no crees en el sentimiento de encontrar “tu media naranja”, ¿tomarías la decisión de casarte con un personaje de ficción? Se los dejo de tarea. En lo personal, yo prefiero seguir siendo un fanático del “Fan Service” y con todo lo complicado que es la vida, seguir por lo real. El camino del guerrero solitario, a través de la información, continua…