El pasado sábado 3 y domingo 4 de diciembre, en el marco del 60 aniversario de la Asociación México-Japonesa, se llevó a cabo en el Centro Nacional de las Artes el Festival Japón o Nihon Matsuri. El aforo al evento fue masivo a pesar de que los espacios del festival fueron reducidos hasta el auditorio Blas Galindo.
Entre los stands pudimos ver varios con temáticas de artesanía y arreglo japonés, como el ikebana, cerámica, caligrafía y árboles bonsai.
El primer día asistimos al espectáculo de Kobudo, arte marcial que retoma la técnica de la espada japonesa para matar al enemigo, el cual fue impartido por el Shigakukan Dojo por Taizo Kosugi y Asao Saito.
Entre los invitados internacionales, pudimos presenciar el espectáculo de Miho, una artista del Shodo (caligrafía japonesa) en el que momentos antes de que la artista entrara a escena, pudimos presenciar un acto de stencil sobre fondo negro con motivos florales de sakura con estilo Ukiyo.
Poco después, la artista del shodo entro en medio de música de un shamisen en vivo con el que comenzó el performance escribiendo en ambos lados del lienzo principal el ideograma de “Festival” con frases pintadas en color blanco dando un vínculo de México con Japón que ha prevalecido durante 400 años.
Otro de los espectáculos a los que tuvimos acceso y en el que quedamos muy impresionados fue el “Hogaku Trio”: Oyama (shamisen), Takuya (Wadaiko) y Tsujimoto (sakuhachi). Interpretando temas originales, en su mayoría autoría de Oyama, hubo una muestra de cada uno de los instrumentos por parte de los músicos, así como covers de Michael Jackson y el siempre icónico “Cielito Lindo” quienes todos los invitados coreamos.
En cuanto a venta de productos japoneses, pudimos encontrar al ya conocido grupo Mikasa y la incursión en la Ciudad de México del grupo Toyo Foods, quienes solamente tenían sede en estados como Aguascalientes y Guadalajara. En los stands de comida, encontramos verdaderos manjares por parte de expositores como Daruma, Deigo, Sai Restaurante entre otros de renombre. Sin embargo, el acceso a estos era casi imposible pues el aforo era tal que el movimiento tanto de las personas que asistían a foros gratuitos, como a los comensales era entorpecido por el espacio tan reducido.
También tuvimos la presencia de escuelas de idioma japonés como ACIA Asociación, como la de colegios de la comunidad nikkei como el Liceo Mexicano Japonés.
Entre las empresas japonesas participantes, tuvimos la presencia de Fujifilm, Casio y Pentel, con una muestra de sus productos con los que los invitados pudieron interactuar; ANNA, dando a conocer sus nuevos vuelos directos que entrarán en vigor a inicio del próximo año, así como del rubro automotriz como Nissan, Toyota y Mazda.
Entre los eventos gratuitos que pudimos presenciar, estuvo el de Saburo Iida, quien deleitó a todos con su unión de música tradicional japonesa con sonidos eléctricos y uno que otro cover de anime japonés como Evangelion, Dragon Ball Z y Shingeki no Kyoujin.
También pudimos observar el trabajo de creadores tales como Tatoki, Carigato, Kanyitos, Agarwen, entre otros quienes tuvieron venta de sus productos y muestra de su arte.
Entre los comentarios que pudimos escuchar de los asistentes, muchos se quejaban del reducido espacio que habían dado al evento y el precio de algunos otros esperando que estos mismos fueran gratuitos. En anteriores veces, el Centro Nacional de las Artes ha prestado su recinto para hacer festivales usando de igual manera las áreas verdes de manera responsable, lo cual en este evento pudo haber ayudado a la movilidad de los asistentes y que no se ocasionara las graves aglomeraciones de personas que lentamente transitaban entre los stands dejando estos casi libres hasta las 19:00 hrs, cerca al termino del evento.
En conclusión: Un evento grande en su espectáculo, con una organización innegable a pesar del espacio tan reducido. Pero, desafortunadamente recayó en el mismo: una unión entre un matsuri de la Asociación México-Japonesa y una convención de anime y manga. Muchos de los asistentes, acostumbrados a este mismo, buscaban un encuentro entre Japón y México contando con la manera en que fue anunciado el mismo. Y es cuando los verdaderos espectáculos que mostrarían esta unión fuerte dejaron de ser gratuitos y casi reducidos en su tiempo a pesar del precio pagado.
Esperamos que estos festivales sigan realizándose y que mejoren en grande para que todos los amantes de Japón podamos disfrutar un espectáculo de más calidad, más accesible, más Japón.