Akiba-kei Anime Recomendación

#Recomendación: Kuragehime (Princess Jellyfish)

Escrito por Angel Garmol

Una de las cosas más interesantes de los medios de entretenimiento es la forma en que reflejan su contexto temporal e histórico. Decir que un anime, manga, serie, película o cualquier otro medio está desconectado de su época es muy complicado.

Los problemas y cambios sociales son una enorme fuente de inspiración para estas obras, y en otros casos llegan a tocar temas para poner una especie de mensaje para la sociedad.

Tomemos como ejemplo a Japón. En estos momentos pasan una taza de natalidad muy baja y al gobierno le urge que su población crezca, todo esto por medio del mensaje de “crear una familia”. Naruto termina con el protagonista casándose, Darling in the franxx tiene un mensaje de relaciones amorosas muy fuerte y así varias series tienen un mensaje, a veces sutil y otras no tanto. Sin embargo, existe una franquicia que nada contra estos mensajes y juega con ideas que van mas allá, pues le dan una pequeña vuelta al formato de “cuento de princesas”.

Kuragehime, que se traduce como “la princesa medusa” es la historia de Tsukimi Kurashita, una chica que desde pequeña es enorme fanática de las medusas y que tiene enormes dotes para el dibujo y la ilustración. Al cumplir 18 años se muda a Tokio y de vez en cuando le dedica palabras a su difunta madre sobre lo dura que es la vida en esa parte del mundo.

Para poder llevar a cabo sus planes de vida se muda a una casa llamada Amamizu-kan, lugar donde viven solo mujeres y que se hacen llamar a si mismas las monjas. Este interesante grupo de mujeres tienen un concepto en común: todas son otakus en algo.

Chieko es la ama de llaves y es una otaku de la ropa tradicional japonesa y las muñecas. Su porte elegante y sofisticado se remarca por su uso de kimonos y eso la hace resaltar en el grupo. Mayaya es una otaku de la historia de los registros de los tres reinos, el cual es un texto histórico de China. Es una chica alta, que usa un fleco y que mueve mucho las manos a la hora de hablar. En contraste a esto tenemos a Jiji, una chica tímida, de imagen apagada y que gusta de hombres maduros y atractivos. Su voz calmada oculta también a una mujer que le teme a estar enferma. Por último, tenemos a la pequeña Banba, una chica que porta un afro y que es una otaku de todo tipo de trenes, aunque también tiene la enorme habilidad de saber la calidad de la comida con solo verla, cosa que usan para preparar festines en la casa. Por cierto, también existe una chica más en la casa: Juon Mejiro, una mangaka de Yaoi y quien vive encerrada en su habitación, por lo que su apariencia es todo un misterio. Sin embargo, es la que predica con mayor furor el mantra de la casa; nada de hombres.

Volviendo con Tsukimi; un buen día ella estaba viendo a su medusa favorita en la tienda de mascotas, cuando el encargado comete un error que pone en peligro la vida del pequeño animal. Con voz cortada Tsukimi trata de salvar a la pequeña Kurara, que se pronuncia como Clara, y es ahí cuando se le aparece un ser majestoso: una bella princesa hace acto de presencia y tras ver lo que pasaba decide comprar a Clara.

Esta bella princesa se llama Kuranosuke Koibuchi y acompaña a Tsukimi a su hogar. Entonces viene el giro que hará que te caigas de espaldas, te levantes y te vuelvas a caer, pues Kuranosuke ¡es un hombre! Este dato de vital importancia es ocultado para el resto de las chicas de la casa y Kurasonuke adopta el nombre de Kurako para no ser descubierto.

Si no fuera suficiente este giro, las cosas empiezan a ir relativamente mal cuando el gobierno local decide adquirir Amamizu para un plan de desarrollo urbano. Ahora las chicas deben unir fuerzas para luchar contra esto y encontrar un aliado en Kuranosuke, quien las ayuda a salir de su zona de confort y convertirlas en lo que varios hombres aun no aceptan: mujeres independientes y emprendedoras.

El anime fue producido por Brain’s Base. El diseño de arte es sumamente interesante, pues sigue al pie de la letra el diseño de manga y se sale de estas ondas moe y aun así conservar una estética estilizada y muy llamativa. Los colores ocres y poco llamativos que se ven la mayoría del tiempo hacen un enorme contraste con los colores vivos y llamativos de la ropa de Kuranosuke y que luego también aplicaría al resto de las chicas.

La fotografía se apoya mucho en tomas fijas para poder enforcarse mejor a escenas inmersivas en la mente de los personajes y en poder tener elementos muy detallados en pantalla, como comida, ropa y las medusas.

Como dato extra, existe un doblaje que produjeron nuestros amigos de la fundación Japón en México y el cual tiene un resultado muy bueno. Tristemente el anime no adapta todo el manga, pero existe un dorama que lo hace y en sus recursos también hace una excelente adaptación de la obra. Incluso existe una película que resume la trama, dando muchas opciones para conocer esta obra.

Dorama

Cast de la película

Como se puede ver, Kuragehime rompe también esta idea muy de la sociedad japonesa de que la mujer debe ser esposa y ama de casa. Muestra un grupo de mujeres y a un hombre que rompen con las ideologías marcadas tanto en occidente como en oriente. Este cuento de princesas moderno es un respiro que puede no ser muy ambicioso, pero que si sale un poco de la zona de confort. Aquí se apuesta por salir de los estereotipos de belleza e inseguridad, de que el hombre debe verse varonil para imponer respeto, de que una mujer no puede emprender y su único rol es el servicial. Es triste ver como la editorial no dejó más espacio para dar un mensaje más potente, pero una pequeña chispa es lo necesario para iniciar todo un cambio en el mundo. Volviendo así a esta franquicia como imperdible para poder apreciar lo mucho que puede cambiar el mundo en tan poco tiempo.

Ahora te toca a ti. Cuéntanos en nuestras redes sociales tu opinión de este anime y también tus sugerencias de títulos para esta sección. Por mi parte sería todo y nos leemos hasta el siguiente #viernesdeanime.

Cuando en la reunión familiar ponen unos openings bien chidos.

Sobre el autor

Angel Garmol