Provenza es una región al suroeste de Francia y que es rica en cultura e historia. Tiene colindancia con el mar Mediterráneo, Italia, los Alpes y el río Rhone. Algo que distingue a esta zona son sus llamados Vientos. Cada uno de ellos viene de un diferente punto cardinal y tiene características únicas. Van desde los vientos secos, hasta los húmedos. Algunos tienen una temperatura especial y arrastran las nubes de región a región. La arquitectura de este lugar se ha adaptado para que las iglesias, sobre todo las torres y campanarios, tengan espacios que dejen circular las corrientes y no presenten problemas a las estructuras.
En el año 2015 se hizo más reconocido el nombre, pues una composición para bandas de instrumentos de viento lleva el mismo título y formar parte de una banda sonora de un anime. Hoy haremos un viaje musical en una de las obras más hermosas de Kyoto animation. Saca tu lado melómano, pues en esta nota hablamos de Hibike! Euphonium.
La historia comienza con Kumiko y su primer día en preparatoria. Apenas va llegando a la escuela se topa con el club de banda de viento de la escuela y su interpretación, la cual es terrible. En medio de sus reflexiones en voz alta conoce a Hazuki y a Midori, cuyo verdadero nombre es Sapphire pero le da pena. Ellas dos deciden ver a la banda al salón de música, llevando a Kumiko con algo de escepticismo. Ahí conocen a la extrovertida vicepresidenta Asuka y a la disciplinada presidenta Haruka.
Kumiko, Midori, Hazuki y Reina
Haruka y Asuka
Todo iba relativamente bien para Kumiko, pero todo empieza a ir relativamente mal cuando cruza el umbral de la puerta una de sus ex compañeras de secundaria y con quien tiene una áspera relación: la talentosa trompetista Reina.
Kumiko toca el eufonio y en el pasado compitió junto con Reina en un concurso de bandas y aunque ganaron un reconocimiento, no logran ir a competir a las nacionales. Con estos sentimientos Kumiko duda si volver a entrar, pero es convencida por Hazuki y Midori, eligiendo así sus instrumentos. Hazuki toma una tuba a la que bautiza como “Tubacabra”, Midori el contrabajo y Kumiko, medio en contra de su voluntad, retoma el eufonio.
Y lo que parecía ser horas de diversión, se vuelven horas de duro entrenamiento por mano del profesor de música Noboru Taki. Aunque los alumnos cuestionan su dura forma de enseñanza y disciplina, poco a poco le toman afecto, pues les muestra el potencial que tienen dentro de ellos y les enseña que sin dolor y fracaso, no hay recompensa. Sobre todo cuando la meta a alcanzar es ir a competir a las nacionales.
El diseño de producción y diseño de los personajes tiene esa firma de Kyoto animation. Los ejes planteados en series como Haruhi o K-on! se vuelven a usar en cuanto a proporción, detalle y sobre todo en el coloreado de ojos. Muestra de ello es que Kumiko es muy parecida a Ui de K-on!.
No obstante, se notan los años de experiencia, el avance en tecnologías y habilidades adquiridas en años en cuanto a la fotografía e iluminación de la serie. Hay cuadros que se ven tan llenos de vida. Pero lo que se roba las palmas son las secuencias de ensamble y presentación de canciones. Kyoto animation logró hacer algo que para muchos se ve estático en algo dinámico y visualmente exquisito. La digitalización, los ritmos de la respiración, los movimientos que hace el cuerpo y otros pequeños detalles fueron captados en un margen que raya la perfección. Puedes comparar la animación con una ejecución en vivo y ver cómo calzan los movimientos de los dedos.
La música es el elemento más importante en esta historia. Para alguien que inexperto puede que las ejecuciones de ciertas piezas suenan igual, pero tienen esas sutilezas y pesos que van marcando el avance como conjunto de la banda. Varias canciones fueron compuestas para la serie y muchas de ellas se volvieron tan populares que, en la vida real, varias bandas escolares las han recreado. Siendo las más importantes “Winds of provence” y “Crescent moon dance”. Un consejo que doy es ver la serie con audífonos de alta gama o con un equipo de sonido, así se logra captar de forma espléndida la banda sonora.
A diferencia de otros animes de “vida escolar” y “recuento de vida” Hibike es un proceso de desarrollo de los personajes dentro de un grupo determinado. Las cosas van desde un nivel personal, como el avance de la relación entre Kumiko y Reina, hasta los puntos de tensión, como las audiciones que se hacen internamente para saber quien merece ir en representación de la escuela, o quien es la persona que merece interpretar un sólo durante la presentación.
Cada personaje tiene sus momentos de ruptura, de epifanía y de determinación para poder seguir. Uno por uno van resolviendo cosas para poder alcanzar ese fin común y que tanto quieren. En la primera temporada tenemos como un eje principal a Kumiko y Reina, mientras que la segunda el personaje de Asuka se lleva mucho tiempo en pantalla y de interacción con el resto de los personajes.
Hibike! Euphonium es una pieza impecable para quienes estudian música, son melómanos o adoran una animación detallada. Hay momentos donde conectas con los personajes, como el caso de lidiar con la frustración o al recordar a ese maestro que te hizo la vida de cuadritos, pero te dio valiosas lecciones de vida, tanto profesional como personalmente.
La lista de animes musicales es muy variada. Entre el público sobresalen series como Nana, Detroit metal city, Sakamichi no apollon o la propia K-on!. Sin embargo, creo que esta serie merece un mayor reconocimiento por todo lo que ofrece y expone. Es de esas piezas que valen mucho la pena ver.
Ahora te toca a ti. Cuéntanos en redes sociales qué te pareció esta serie y cuáles te gustaría ver en esta sección. Recuerda compartir con tus amigos y nos leemos hasta el siguiente viernes de anime.
Determinación en una imagen