Cuando se habla de anime siempre pensamos en ojos grandes, colores saturados, expresiones que llegan a ser exageradas y proporciones fuera de los cánones normales. En el 2013 apareció un anime que rompía estos esquemas y le fue mal, muy mal. A pesar de eso te contaré de forma sencilla el motivo por el que debes ver este anime, de nombre Aku no Hana.
Tomemos primero la historia. Kasuga es un joven estudiante de instituto y un gran fanático de Charles Baudelaire. Un día se le olvida un libro en la escuela y al volver se da cuenta que su “crush” Saeki dejó su ropa de gimnasia. En un impulso Kasuga roba las prendas. El rumor de que un pervertido anda en la escuela no es lo que atormenta a Kasuga, lo que realmente es su tortura es su compañera Nakamura; la chica mas antisocial de la clase y única testigo del robo. Ante esta posición, Nakamura empieza a chantajear a Kasuga y a meterlo en embrollos frente a Saeki.
El objetivo de la serie es sacarte de tu zona de confort y hacerte sentir como los personajes. La animación hecha a partir del rotoscopio (técnica donde se usa una grabación previa para animar movimiento sobre ella) le da un impulso a la monotonía que vemos en los fondos y en el diseño faltante de sombras. La historia y su desarrollo es un interesante viaje de la naturaleza humana. De cómo podemos ser buenos o malos dependiendo los contextos. Hasta donde podemos llegar en las relaciones humanas y como el aislarnos puede ser para protegernos.
Desgraciadamente, la serie fue recibida de una forma muy mala. La crítica la tacho de lenta, aburrida y tediosa. Incluso los fans del manga quedaron decepcionados. Todo esto derivó en perdidas y por lo tanto la cancelación de una segunda temporada. El valor de la serie recae en probar algo nuevo y las personas que la apreciaron la lograron colocar en una de esas series que hay que ver, para ver otras formas de expresión.
