Hola a todos, esperamos estén teniendo una excelente mitad de semana. El día de hoy un servidor estaba haciendo scrolling en varias páginas de noticias en internet, y se encontró con el titular que anunciaba el 50% de avance en el nuevo estadio olímpico de la ciudad de Tokio, el cual se espera se encuentre listo para el inicio del año 2020 y pueda recibir a cientos de miles de turistas que verán la inauguración y las 2 semanas de eventos deportivos que conlleva los juegos olímpicos.
Desde la clausura de Rio 2016 un servidor quedó hypeado por la idea de las segundas olimpiadas en la historia en la capital japonesa; hasta el momento hemos visto de todo sobre lo que ha conllevado la realización de este evento, desde un intento de plagio al realizar el logo oficial del evento hasta la implementación de un extenso programa de enseñanza del idioma inglés a los taxistas de la ciudad.
Pero adentrándonos aún más en el tema, ¿Qué significarán las olimpiadas para Tokio? El estadio olímpico está siendo construido en un área no muy alejada del centro de la ciudad, junto a una docena de edificios que serán utilizados para hospedar a los miles de deportistas y periodistas que vendrán, así como los estadios para eventos acuáticos, con caballos, tiro con arco, artes marciales y skate (deporte que por primera vez será considerado como disciplina olímpica); en esta misma zona se encuentran, o encontraban, edificios de oficinas de cientos de empresas japonesas con sede en Tokio, las cuales se encuentran en un proceso de migración obligada por el futuro evento.
Si bien no se ha dado una declaratoria oficial, es bien sabido que los japoneses ven de forma caótica la facilidad con la que los extranjeros hablamos en lugares públicos, toleramos la falta de espacio personal y tendemos a romper las reglas en nuestro beneficio. Es muy probable que estas sean las razones por las que estas empresas buscan alejar a sus empleados de las zonas que serán ocupadas por los turistas, evitando conflictos en el transporte público y en los horarios laborales.
La gran mayoría de los youtubers extranjeros con residencia en Japón han puesto en duda la convivencia que se dará entre los turistas y los tokiotas, tomando como ejemplo el tan sonado caso de Logan Paul a inicios de este año. Y ante esta situación han planteado una interrogante muy interesante, ¿Los turistas deben comportarse con las normas japonesas, o los japoneses deben tolerar las costumbres de los turistas?
Ambos lados tienen puntos de vistas que se deben revisar, ya que si bien son los turistas quienes irán a un país extranjero y el dicho dice “a la tierra que fuera haz lo que vieras”, los juegos olímpicos es un evento internacional que muestra nuestras diferencias y las celebra, siendo obligación de la ciudad sede incentivar un ambiente de convivencia.
La parte más purista del debate puede sostener que el dejar las tradiciones y costumbres a un lado por la sana convivencia insta a la ciudad perder su identidad, y hasta cierto punto es verdad, ya que podemos ver que el punto central de la mercadotecnia del evento se ha centrado en mostrar un Japón Pop, lleno de animes, videojuegos y tecnología digital de punta. Aunado a esto podemos revisar el caso de las mascotas del evento, dos personajes sin nombre todavía que han sido generados a través del diseño cuadriculado (algo muy tradicional japonés) del logo oficial, y de la flor de sakura, que ganaron la votación infantil que se realizó sobre personajes que representaban elementos más tradicionales de la cultura japonesa, como los dioses del viento y el rayo, y los espíritus animales de la inteligencia y la fertilidad.
Al final sólo queda decir que un cambio se avecina, y es imposible detenerlo. No podemos caer en un discurso fatalista y decir que las olimpiadas son el fin del folclor japonés y después de esto jamás volveremos a ver una geisha o un yokai, pero sí podemos ver como poco a poco Japón está pasando ser “la nación más moderna con la tradición más antigua” a sólo “la nación más moderna”.