Hola a todos, esperamos estén teniendo una excelente mitad de semana. Hoy les vamos a platicar un poco sobre lo que pudimos ver de la nueva propuesta en eventos asiáticos creada por nuestros amigos autores en años pasados del Festival Japonés de la Ciudad de México.
Antes que nada creemos prudente hablar un poco del contexto de este festival, ya que este estaba programado para realizarse en el fatídico mes de septiembre del año pasado, y como sabemos una serie de terremotos afectó el área sur y centro de México, cancelando decenas de eventos que se tenían programado desde ese momento hasta el final del año. Estos hechos obligaron a sus organizadores a mover toda su logística a otras fechas, siendo el 3 de marzo la fecha elegida para retomar este evento.
Creemos que esta podría ser la razón de que no vimos mucha gente durante el evento, tanto en número de expositores como en asistentes, lo cual nos entristece ya que creemos que la organización realizó su mayor esfuerzo posible.
El Festival de Asia y Oriente tiene una propuesta muy interesante, que es realizar un homenaje a las culturas asiáticas teniendo como eje central la japonesa, teniendo dos países invitados en cada edición, y siendo esta su primera edición los países invitados serían los vecinos más cercanos a Japón, China y Corea del Sur.
Al llegar fuimos recibidos por una muestra de Karate-do, el arte marcial más popular de todo el Japón, donde tanto niños como adultos mostraron sus habilidades para lanzar golpes y patadas.
En ese momento descubrimos que las muestras en el escenario serían continuas y sin descanso, ya que tan pronto como bajaron estos artistas marciales pudimos disfrutar una muestra de Kyudô, el arte de la arquería japonesa, donde un par de maestros de este arte nos enseñaron como dar en un blanco con estos enormes arcos a una distancia de 28 metros.
Seguido a esto pudimos disfrutar de una muestra de Wushu, el arte marcial chino que en occidente es mejor conocido como Kung Fu, donde pudimos ver como se realizan patadas voladoras y distintas posiciones y el uso de armas.
Luego pudimos ver una pequeña conferencia sobre el masaje Shiatsu, seguida de una pequeña muestra de baile idol por la bella Kokoa Kizu y un poco de Kpop.
Después de esto pudimos disfrutar de danza tradicional japonesa por parte de un grupo de pequeñas niñas dirigidas por sus hermosas maestras originarias de Jalisco.
Al final pudimos disfrutar de la presentación de la maestra nikkei de Taiko, Nahoko Kobayashi, quien invitó a parte del público a tocar con ella.
En el área de expositores pudimos ver la venta de muchos productos originales de origen japonés y coreano, e igualmente de diseño mexicano inspirado en estas culturas.
Podemos destacar a nuestros amigos de Princess Glass, Agression y Dulces y Ternuras Amigurumis, debido a su gran variedad de productos.
Igualmente pudimos ver stands de empresas grandes como Kamite con una gran variedad de comics y Missha con sus diferentes líneas de maquillaje y productos para el cuidado de la piel traídos desde Corea del Sur.
En cuanto a la comida pudimos ver una disminución muy fuerte de la variedad, ya que sólo se contó con 4 locales de comida, los cuales 3 eran de los mismos productos japoneses (onigiri, sushi y ramen), y uno de té con perlas negras de tapioca.
Creemos que el punto más desperdiciado del festival fueron los talleres, los cuales se encontraban en un área muy aislada y no se notaba que estuvieran trabajando en esas mesas, las cuales a veces fueron invadidas por gente que buscaba un lugar para comer.
Igualmente la muestra de arte fue colocada en una forma muy poco vistosa, por lo que no vimos mucha gente acercándose a esta.
Al final del día podemos decir que fue un buen evento en un ambiente muy familiar, por lo que esperemos se pueda dar otra edición de este festival y que ninguna desgracia provoque que tengan que moverse de último momento, puliendo detalles y dando la mejor experiencia posible a sus asistentes.
