1953. Estados Unidos sigue con sus pruebas nucleares. En Julio Fidel Castro toma el cuartel Moncada. En tierras mexicanas se le da a las mujeres el derecho a votar. El nobel de literatura ese año se le fue dado a Winston Churchill. En mayo nace Danny Elfman, compositor de los temas de la mayoría de películas de Burton y del tema principal de los Simpson y de la melodía emblemática de Batman. En Noviembre nace Alan Moore, uno de los máximos escritores de la narrativa gráfica. Y en tierras niponas, el 3 de diciembre, nace uno de los mangakas más conocidos y polémicos de las últimas décadas; el señor Masami Kurumada.
Masami Kurumada creció como hijo único en la zona de Tokio. Su infancia se desarrolló en una etapa de reconstrucción social donde aun eran visibles estragos de la guerra, pues recordemos que habían pasado 9 años del final de la segunda guerra mundial. Durante su educación el pequeño Kurumada era bueno en las materias de deportes y lenguaje, y era malo en matemáticas. A los 15 años se interesaría por el judo y las artes marciales, siendo esto la piedra angular para varias de sus historias.
Al terminar la universidad Kurumada decide probar suerte en el mundo del manga y tras algunos rechazos es contratado como ayudante. Es en este tiempo donde se empapa de muchos valores y una idea de nacionalismo. Japón buscaba un reconocimiento como nación y como economía que iba en crecimiento tras la guerra. Aquí surgieron muchos mangas con mensajes de coraje y perseverancia. Cosas que se volvieron las bases de las historias Shonen hoy en día.
A los 21 años y con ya experiencia en el campo de contar historias es publicada su obra Sukeban no Arashi. En esta obra seguimos la vida de Rei y su “duelo” con la chica nueva de nombre Shizuka. A Rei la vemos muchas veces usar las artes marciales para defenderse y como era el vivir en un estrato social de clase media baja en un Japón de hace unos años.
La siguiente historia de Kurumada lo colocó en la mira de los más interesados por el manga y fue el paso para el éxito que le auguraba en la vida. Ring ni Kakero se publicó en 1977 y narra la vida y obra de Ryuji y su hermana Kiku que huyen de casa tras ser golpeados constantemente por su padrastro y Kiku decide entrenar a su hermano para que sea el mejor boxeador del mundo.
Después de Ring ni Kakero siguieron algunas historias que no gozaron de una gran fama o reconocimiento fuera de Japón. Es hasta 1982 cuando se publica Fuma no Kojiro y aquí vemos la lucha entre dos clanes rivales y la aparición de elementos sobre naturales, cosa que se fue amplificando en sus arcos e historias.
Sin embargo, no todo fue gloria para Kurumada. Durante los años de publicación de Fuma no Kojiro pasó por una depresión y duelo por la muerte de su padre. Aparte de dibujar se refugió en libros y amplió sus conocimientos sobre la mitología griega y la astronomía. Con ello pensó en una obra donde el karate fuera el arte marcial principal y los protagonistas tuvieran fuerza sobre humana. Estás ideas las llevó a su editor y tuvieron la observación de que si los protagonistas poseen una fuerza más allá de la normal, era necesario que tuvieran una serte de protección. Con todos estos elementos se formó una idea y a finales de 1985 se publicaría la obra más importante del mangaka. Aquella que junto con Dragon Ball y Sailor Moon formarían la trinidad de series populares en tierras mexicanas. En el #1 de la Shonen Jump para el año editorial de 1986 el mundo conocería el manga de Saint Seiya.
La historia va sobre unos adolescentes que vistiendo unas cloth deben pelear para proteger a la reencarnación de la Diosa Atena. Con esa trama tan sencilla se creó un mundo que consta de un anime, películas, videojuegos, spin offs, mercancía y juguetes exageradamente caros.
¿Creen que ordenar las películas de X-men o del universo Marvel es complicado? Los reto a poner todo lo sacado con el nombre de saint seiya en una línea del tiempo mejor que esta
Las figuras vintage. Juguete que todo niño a finales de los 80’s deseaba
Los Myth Cloth, ahora los niños se volvieron coleccionistas y son piezas que con el tiempo se vuelven muy cotizadas
Los Myth Cloth EX. Ahora gasta miles y miles de dineros para recrear y posar los monos en formas épicas!!!
El manga se publicó durante 5 años y tuvo un final derivado de los problemas de salud de Kurumada. No crean que por el hecho de estar sentado todo el día el cuerpo no se reciente. Los cartílagos de su mano derecha le empezó a dar molestias. Sin embargo, esto no significó el final de su carrera.
Luego de publicar algunas historias llegaría en 1994 B’t X. La historia es una suerte de intento cyber punk muy ligero, donde el protagonista llamado Teppei crea un lazo con un B’t: una inteligencia artificial robótica diseñada para el combate. Este B’t es X o BETA X y aunque a primera vista lo podemos confundir con un pegaso, es en realidad un Quilin; ser de la mitología china que en occidente se resuelve como un unicornio pero que en realidad es un híbrido de león, pez y ciervo. No obstante, Kurumada se fue por un diseño asemejando a un caballo alado. Touché Kurumada, touché.
Nop. Esos no son Seiya y sus amigos. Y nop, esas cosas no son cloths
En el 2000 Kurumada decide explorar uno de sus primeros trabajos y publica durante nueve años Ring ni kakero 2 La venganza de Adrian (chiste Simpson guiño, guiño). Y en el 2006 saca otra continuación, ahora sobre su obra más popular bajo el título de “Saint Seiya: Next Dimension”, y ahora es la misión de Atena salvar a Seiya y para lograr su objetivo debe viajar a la anterior Guerra Santa. Dicha serie está en momento en pausa y solo Kurumada sabe cuando veremos el final de los Santos de Atena.
El arte de Kurumada.
Kurumada es old school y si algo tenemos claro de estas personas es que se quedan en su zona de confort y muy pocas veces sale. Sus rostros son redondeados y de barbillas singulares. Las proporciones y formas en escorzo suelen ser algo rudimentarias y toscas. Las perspectivas son algo forzadas y los paneles son pocos, mostrando personajes de cuerpo entero en muchas ocasiones.
Un joven Kurumada trabajando
Radamanthys de Wyvern, uno de los diseños más hermosos y complicados que hizo Kurumada para el final de Saint Seiya
Otro aspecto en su obra es el hecho de que todos sus personajes son prácticamente los mismos. Esto se puede comparar con el “Star system” que era un recurso que usaban los estudios de Hollywood y consistía en contratar a un actor por muchos años y así asegurar el éxito en taquilla. Esto le ha dado una identidad a sus historias y el chiste entre los otakus de “El seiya boxeador, el seiya estudiante, el Seiya que es Seiya y el Seiya que monta un pegaso”.
Aun con su dibujo que no ha mostrado una evolución, si tiene una enorme atención al detalle. Sobre todo en Saint Seiya donde las armaduras muestran unos acabados y retoques que muchos mangakas han tomado inspiración para sus diseños y arte propio.
Con esto llegamos a lo hecho por el señor Kurumada. Muchos de nosotros vimos su obra y sin duda su aporté al imaginario otaku es inmenso. Dinos en nuestras redes sociales si eres fan de alguna de sus historias y también cuéntanos de que otro mangaka o artista te gustaría que habláramos. Recuerda compartir con tus amigos y nos vemos hasta el siguiente viernes de anime.