Cuando hablamos de “Corea” inmediatamente se nos viene a la mente música, calles repletas de luces, maquillaje de la mejor calidad, cirugías plásticas y belleza permanente; la realidad es que solamente pensamos en “Corea del Sur” y nos olvidamos de “Corea del Norte”.
Lo que una vez fue una sola nación se ha dividido durante más de 7 decadas y la causa de esta división fue la gran diferencia de ideología entre ambos lados de la moneda.
La información acerca de lo que se vive en Corea del Norte es nula, ya que a los extranjeros solo se les permite visitar áreas de esplendor económico. Lo cierto es que la información sobre este país ha sido censurada durante muchos años, pero esta historia se encargara de que vivas en carne propia las más inquietantes experiencias.
“La chica de los siete nombres” es una alucinante historia real narrada por Hyeonseo Lee, una chica que a los diecisiete años que guiada por su curiosidad cruzo la frontera de Corea del Norte para vivir nuevos descubrimientos acerca del mundo exterior, ella nunca imagino que tendría que pasar 14 años lejos de su familia.
Hyeonseo nació en Hyesan, en 1997, lugar en donde vivió gran parte de su infancia hasta que su padre fue transferido a causa de su trabajo. Hyeonseo narra como, incluso desde una edad temprana, las instituciones obligan a cada persona a ser parte del culto a los dictadores Kim. Durante su infancia ella escucho las grandes proezas de Kim Il-sung y las leyendas inventadas sobre la gran omnipotencia de la familia Kim.
A diferencia de los ciudadanos atrapados bajo una dictadura feroz en Corea del Norte, su hogar estaba situado junto a la frontera china, esto le permitía tener algunas ideas de lo que había más allá, ya que su madre se dedicaba al contrabando de objetos extranjeros. A mediados de los noventa, una gran hambruna azoto al país. Hyeonseo empezó a hacerse preguntas puesto que vivía rodeada de represión, pobreza y hambre: sin duda su país no podía ser “el mejor del planeta” como se le había dicho siempre en la escuela o a través del único canal permitido en el país.
Hyeonseo tenía un gran amor por la música de Corea del Sur, la cual era ilegal, al igual que los programas de televisión extranjeros; aun así ella los veía cuando estaba sola en casa y finalmente tomo la decisión de ver el mundo a través de sus propios ojos.
Sin haber cumplido aún la mayoría de edad, Hyeonseo decidió cruzar la frontera en dirección a China. Sólo por unos días, pensó. Pero su escape se hizo público y regresar suponía poner en riesgo a toda su familia, puesto que una persona que escapaba al extranjero era un traidor y su familia debía pagar junto con él.
Así fue como su pequeña estancia de un mes se tornó en una pesadilla, ya que al no poder volver a su país tuvo que vivir de forma clandestina en varias ciudades de China, donde tuvo que cambiar muchas veces de nombre para evitar ser detenida y deportada.
Aprendió chino rápidamente, en un esfuerzo por adaptarse y sobrevivir, y doce años después regresó al punto de partida con el objetivo de hacer pasar la frontera a su madre y a su hermano, y establecerse con ellos en Corea del Sur, una idea totalmente peligrosa debido a la repatriación que se hacía presente en China.
Lo que se cuenta en este libro es la historia no sólo de la huida de Hyeonseo y sus largos años de vida clandestina, sino también nos da un vistazo a través de sus palabras sobre el horror que se vive día a día en Corea del Norte. Hyeonseo tuvo que renunciar a su forma de vida e incluso a su identidad en muchas ocasiones, por lo que ella misma narra que hubo un momento en el que se encontró totalmente perdida, sin siquiera recordar su propio nombre; tuvo que llenarse de valentía para compartir su historia con tanta veracidad, su voz es también buena prueba del triunfo del espíritu humano frente uno de los regímenes más brutales del mundo.
Sin duda es un libro impactante que consta de 53 capítulos, pero la forma en que atrapa al lector de principio a fin hace que parezca un cuento de tan solo un par de hojas (Lo digo yo que lo leí en ¡dos noches!). No pueden dejar de leerlo, sin duda los hará reflexionar y agradecer al país que los vio nacer.
Si te interesa el libro te dejamos este video de un pequeño vistazo del testimonio de Hyeonseo: